EUROPA
PRESS
13 octubre
2019
Perjuicios
de dormir demasiado: igual de malo es pasarse que no llegar
Los perjuicios de no dormir las horas
suficientes son conocidos y siempre se hace referencia a ello como potencial
fuente de problemas de salud en el futuro. Menos común es hablar de los
perjuicios de dormir mucho, pero también son variados y afectan tanto a la
esfera cognitiva como a la física.
"Es igual o casi igual de malo dormir poco que dormir
mucho", explica en una entrevista con Infosalus
la neurofisióloga y miembro de la Sociedad Española del Sueño (SES), la doctora
Teresa Canet, que especifica que se considera que, en la edad adulta, dormir
mucho es hacerlo más de nueve horas para la población general.
"Las necesidades de sueño son diferentes a lo largo de
las etapas de la vida. Un recién nacido y los niños necesitan dormir mucho; hay
otro pico en la adolescencia y luego ya cada vez se duerme menos. Está
relacionado con que cuando se es un bebé o en la adolescencia hay muchos
procesos nuevos de desarrollo para el cerebro, e interviene en la memoria y en
el crecimiento normal del organismo", detalla la experta.
Los perjuicios de dormir más de estas nueve horas se dejan
sentir a nivel cognitivo y físico, y pueden sentirse a corto o a largo plazo,
según precisa la doctora Canet. En primer lugar, a nivel cognitivo, dormir
mucho, a corto plazo, "está relacionado con la pérdida de atención y de
memoria", indica la miembro de la SES. A largo plazo, dormir mucho se
relaciona "con la posibilidad de tener Alzheimer o demencia y está
relacionado con la depresión", continúa la doctora Canet.
Por su parte, en cuanto a los perjuicios sobre la salud
física, dormir demasiado implica "más riesgo de padecer problemas
cardíacos, cardiovasculares o la muerte súbita", agrega la neurofisióloga,
que también enumera "ictus, diabetes o prediabetes
e infertilidad". En este sentido, la muerte también puede sobrevenir por
causa accidental, ya que "dormir mucho produce sensación de fatiga",
añade la doctora Canet, lo que puede conllevar accidentes cuando se conduce,
accidentes domésticos o laborales.
Por otra parte, dormir mucho también empeora el dolor. Esto
es "muy importante", valora la experta, porque "mucha gente que
tiene dolor, por el mismo dolor, pasa mucho tiempo en la habitación o en la
cama en posiciones anómalas", lo que lo aumenta, dice la doctora Canet.
Además, las personas que sufren dolor suelen exponerse poco
a la luz natural, lo que también interrumpe un proceso de sueño normal.
"La exposición baja a la luz natural fragmenta el sueño y cambia los
ciclos de luz y vigilia, y el dolor empeora", apunta la miembro de la SES.
Dormidores cortos
o largos
No obstante, la doctora Canet considera importante precisar
que determinadas personas, por su genética, pueden dormir lo que se considera
mucho y que esto, en su caso, sea algo normal. La razón hay que buscarla en la
genética.
"Hay que tener en cuenta que un porcentaje de
población, por su genética, son dormidores largos, que puede ser que duerman
más de nueve horas porque son así", especifica la neurofisióloga. Lo mismo
ocurre con los dormidores cortos, aquellos que con menos de seis horas de sueño
ya pueden funcionar.
Lo importante aquí es el cambio de patrón. Es decir, si una
persona duerme mucho de forma tradicional no habría que preocuparse, pero es
que cambios en las necesidades de sueño también pueden ser señal de alerta de
un problema.
Dormir mucho
también alerta de enfermedades
Así lo especifica la miembro de la SES. "Dormir mucho
puede ser síntoma de algo, sobre todo de una enfermedad que puede ser
subyacente", señala la doctora Canet. En el caso de los adolescentes,
mucho sueño puede significar depresión, problemas de hipotiroidismo, diabetes o
un cambio de ritmo. Éste último sólo puede considerarse si durante la semana
duermen poco y durante el fin de semana mucho.
"Puede ser que durante la semana estén durmiendo poco y
que llegue el fin de semana y duermen muchísimo. Sería un retraso de fase
asociado a la pubertad y cambios sociales, con los móviles, o escolares",
apunta la doctora Canet.
En la edad adulta, necesitar dormir mucho también se
relaciona con depresión o con la posibilidad de sufrir diabetes. "Los
varones tienen más riesgo de manifestar un estado depresivo con
somnolencia", comenta la experta de la SES.
En cuanto a la diabetes, si "una persona te dice que
duerme mucho y que no se aclara y que no se puede levantar a la hora y que
necesita dormir tantas horas puede estar reflejando eso: una enfermedad
subyacente que puede ser la diabetes", indica la doctora Canet, que
recomienda que, ante la sospecha de un problema, se consulte a un especialista.